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RAYADOS SE REPUSO DE UN 2-0 EN CONTRA Y VENCIÓ 4-2 AL CRUZ AZUL EN 1989

06 de Abril de 2024. 1:27 am.

La Temporada 1989-1990 inauguró una nueva etapa en la historia del Club de Futbol Monterrey con la llegada a la presidencia del club de los hermanos Jaime y Manuel Rivero (después de 9 años de presidencia del Grupo PROTEXA).

La nueva directiva no solo eliminó las medias rojas del uniforme, también contrataron al técnico chileno Pedro García y reforzaron en serio al plantel con la llegada de elementos como el portero Gustavo Adolfo Moriconi, el defensa Richard Tavares y los mediocampistas Mario Díaz y Germán Ricardo Martellotto.

El cambio fue radical, por lo que los triunfos y el buen futbol tardaron varias jornadas en llegar.


Pedro García fue el director técnico de los Rayados en ese partido.

En la jornada 11, Rayados había vencido al Veracruz en el Tecnológico (en lo que fue el debut de Martellotto como rayado) y rompió una racha negativa de tres derrotas consecutivas.

Para la jornada siguiente, Rayados visitaría el Estadio Azteca para enfrentar a la Máquina del Cruz Azul con la misión de demostrar que la victoria ante los escualos había sido producto de la mejoría del funcionamiento colectivo del equipo y no de la casualidad.

La misión no lucía sencilla para La Pandilla: El Cruz Azul lideraba el Grupo 2 con 14 puntos, mientras que Rayados se encontraba en el último lugar del Grupo 1 con 9 puntos y no había conseguido ganar en patio ajeno.

El partido tuvo lugar el sábado 18 de noviembre de 1989 a las 17:00 horas en el Estadio Azteca.

Pedro García envió de inicio la siguiente alineación: Gustavo Adolfo Moriconi; Antonio González, Félix Cruz Barbosa, Richard Tavares y Guillermo Muñoz; Carlos de los Cobos, Missael Espinoza y Alberto García; Héctor Becerra, Mario de Souza Mota “Bahía” y Juan Antonio Flores Barrera.


Missael Espinoza y Ricardo Martellotto.

Unos Rayados motivados salieron a buscar el marco contrario desde el arranque. La primera de peligro la generó una descolgada de Becerra por la banda derecha. Su centro al corazón del área fue tibiamente rechazado por la defensa cementera, el balón le quedó a Bahía que de media vuelta sacó un disparo potente de derecha que el portero Eduardo Fernández logró contener.

Cinco minutos después, Fernández nuevamente le tapó un remate a Bahía que llegaba etiqueta de gol. El “Avioncito” había escapado a toda velocidad por la banda izquierda, ingresó al área, recortó a un rival y disparó a primer palo, donde Fernández estuvo atento para evitar que La Pandilla abriera el marcador.

En el minuto 25, y cuando parecía que era cuestión de minutos para que Rayados se pusiera al frente, vino el gol del Cruz Azul.

Un balón largo que Tavares cubrió bien, pero que equivocó al cederlo muy suave a Moriconi. Pedro Duana estuvo atento a la falta de entendimiento entre Tavares y Moriconi para robar el balón y fusilar al arquero rayado.


Ricard Tavares.

El gol desconcertó a Rayados por el resto del primer tiempo. La Máquina lo aprovechó y en el minuto 41 consiguió ampliar la ventaja con gol de cabeza del seleccionado nacional, Luis Flores, a centro de Duana.

El medio tiempo fue clave para que Pedro García reordenara a su equipo. En el complemento, Rayados buscó el gol que acortara la ventaja celeste con ahínco. Después de quince minutos de insistencia, García realizó el primer cambio. Sacó a un delantero centro como lo era Flores Barrera y en su lugar envió a un media punta: el argentino Martellotto.

El cambio funcionó rápidamente. En el minuto 65, Martellotto desbordó por la izquierda, llegó a línea de fondo y envió un centro al área. Este fue cortado por la defensa, pero el balón quedó a merced de Tito Becerra, quien controló el esférico y lo retrasó. Un defensor intentó cortar el centro de Becerra, pero solo consiguió dejarle el balón a modo a Missael Espinoza que, de zurda, y de frente al arco, no falló.


Missael Espinoza acortó las distancias.

Con el gol, los Rayados tomaron la confianza que les había faltado en la primera parte. García envió al campo en el minuto 70 a Mario Díaz en sustitución del “Guamerú” García y, siete minutos después, Rayados consiguió el tanto del empate.

Díaz envió un balón largo en descolgada para Bahía. El portero del Cruz Azul salió para intentar cortar este servicio, pero solo logró dejárselo en los pies a Héctor Becerra. Tito, con toda la calma del mundo, eludió al portero fuera del área, avanzó unos metros y de zurda anotó el segundo para la causa rayada.


Héctor Becerra firmó un doblete.

El Cruz Azul se mostraba completamente desconcertado pero lo peor para su causa aún estaba por venir.

A cinco del final, el defensor argentino Marcelo Asteggiano metió una mano dentro del área. El silbante Carlos González decretó la pena máxima, la cual fue convertida por Missael Espinoza y poner así a Rayados adelante.

Cuando el partido ya agonizaba, el Cruz Azul intentó armar un ataque. Becerra robó el balón y cedió para Bahía que enfiló solo al marco.

El brasileño tocó sobre la salida del portero, pero el balón pegó en el travesaño. Antes de que los defensores cementeros pudieran reaccionar, apareció nuevamente Becerra, quien se lanzó “de palomita” para empujar el balón a la portería y lograr el cuarto gol regiomontano.

El árbitro decretó el final del encuentro un par de minutos después. La Pandilla lograba su primera victoria como visitante de la temporada.

Con dobletes de dos jugadores formados en casa, Missael Espinoza y Héctor Becerra, Rayados se repuso de un marcador adverso de dos goles para traerse un resultado importantísimo.

A partir de entonces, los Rayados continuaron en ascenso hasta concluir aquella gran temporada en el cuarto lugar general.

Alberto Barrera-Enderle

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